He ejercido este hermoso y duro oficio, que es la abogacía, desde hace más de 15 años de forma ininterrumpida, habiéndome licenciado en 2007 por la Universidad de La Laguna.
Procuro ejercer mi profesión de forma artesanal. Artesanal como contrapuesto a mercantil e industrial. Artesanal como sinónimo de "a medida", dispensando un trato personal y directo a cada cliente. Mi prioridad es la utilización inteligente de los recursos, la valoración minuciosa de los riesgos y el uso de la estrategia procesal y extraprocesal en la solución certera de los problemas que se me plantean, respetando siempre las normas deontológicas que regulan el ejercicio de la profesión.
Soy consciente de que la confianza es el pilar de las relaciones abogada-cliente, y que la confianza se cultiva diciendo lo que el cliente "necesita" oir y no lo que "quiere" escuchar. Esta delicada tarea requiere de pericia, práctica y tacto. Ser profesional, de cualquier rama te sitúa en una posición ventajosa respecto al que no lo es, y esta posición debe utilizarse siempre en beneficio de los demás.
Como lectora incansable, y amante de las diferentes formas de pensar y de vivir, creo que las diferencias entre los humanos son un motivo de celebración, que las diferentes culturas, ideas y formas de vida son una fuente de riqueza y la única manera de ser libres, y que, por lo tanto, es cierta esa máxima según la cual "hablando se entiende la gente".
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